Injusta vida

Saludos a la blogosfera. Hoy quiero tomar unas palabras de mi buen amigo Zorro y hacerlas mías: "Cada vez que voy a un funeral de alguien que murió demasiado pronto, me encuentro peor, mas cabreado con la Suerte, o con la Providencia o con Dios o con lo que sea que decide el tiempo que nos queda."

No puedo estar mas de acuerdo con estas sinceras palabras cuando entierras a una personita como Mari Carmen, mi vecina del 3º. Con pocos años mas que yo, un derrame cerebral ha acabado con su vida. Una vida dedicada al cuidado de los suyos. Una vida de atención a los demás. Sus padres fallecieron hace muchos años por la fatalidad del cáncer y desde entonces ella ha cuidado con esmero a su hermanita Eva, nuestra Eva. Una bebote dulce y cariñosa y muy especial. No especial por la dichosa trisomía libre en el par 21 que diría John Langdon Down sino por su especial forma de ser y el corazón que tiene, con su insuficiencia y todo, pero enorme.

Ahora Eva no puede entender porque su hermana se llevó las manos a la cabeza y ya no habló más, y porque ya no la cuidará ni la ayudará más a vestirse para ir al autobús donde mañana tras mañana coincidían conmigo. Ni Eva, ni ninguno de nosotros.

"No es que no entienda la muerte. No es eso. Pero no dejo de pensar en ella desde el domingo pasado". Gracias Zorro, sin tus palabras no hubiera podido hacer este post