lunes, 27 de octubre de 2008

Culturas


Saludos a la blogosfera!. Carol es una cliente nueva del turno de oficio. Es senegalesa y practica el Islam como el 95% de la población de aquel pais africano. Me he reunido con ella y con Mayra, un encanto de educadora social, para intentar solucionar alguna de su problematica. Sólo alguna.

Carol está casada en su país con el padre de sus dos hijos, que ya nacieron aquí y son españoles, pero el primer problema es que su marido está casado otras tres veces más... Su intención no coincide con la de su educadora (y ahora la mía). Ella pretende que le reconozcan su matrimonio en España y eso va a ser imposible toda vez que la poligamia no está reconocida en nuestro ordenamiento y el trámite además sería larguísimo.

Ahí no acaban los problemas. Lo que ella pretende despues de que le reconozcan el matrimonio... es solicitar el divorcio en contra de la opinión de toda su familia!. Hace tres años su marido le agredió y se inició un juicio por violencia con orden de alejamiento, pero la presión de sus familiares motivó, como ocurre en miles de casos como el de Carol, que se archivara el asunto al no contar el fiscal con la prueba fundamental. Como corolario, durante la orden de alejamiento se quedó embarazada de su segundo hijo, un tierno querubín clavado a su violento papá, que también he tenido ocasión de conocer. Ahora ella vive con sus dos hijos y tiene la visita ocasional del padre de las criaturas... cuando su trabajo y sus otras esposas se lo permiten.

Cuando tienes estos casos te das cuenta que nuestras costumbres son dificilmente aceptadas por otras culturas y que todas tienen que convivir en este vergel de multiculturalidad. La influencia del Islam, sobre todo, condiciona todo el trabajo de los profesionales que nos encontramos al pie de la calle. La situación de estas mujeres en un país que garantiza su igualdad no es, sin embargo, plena. Sus propias creencias, grabadas a fuego, y la presión de la familia, de toda la familia y sobre todo la suya propia, hace que la igualdad se aleje peligrosamente y que casos como el de Carol inunden nuestra sociedad

4 comentarios:

Abutita dijo...

Hola desde aquí abajo!

Precioso el poema de Gcia Montero que el gran quique hizo canción...y preciosas tus palabras.

Respecto al caso de Carol, te entiendo bien amigo. Hay veces en nuestrps oficios en la trinchera que como bien dices hay que enfrentarse a otras realidades muy distintas a las nuestras...qué hacer?? lo que es mejor para ellos según nosotros, o para ellos según ellos?? que es lo mejor???

Tal vez en mi caso sea más facil que en el tuyo, aunque no siempre es sencillo actuar...

En fin, a seguir luchando compañero, qué sería de nosotros sin nuestras agotadoras, hirentes, quemantes y APASIONANTES trincheras??

Tal vez somos masoquitas... :)

ANIMO, y mil besos desde el Sur.

Anónimo dijo...

Hoy en la mañana, dieron la noticia de un sujeto que golpeó a su mujer y su hijo de una semana de nacido, como es de esperarse, lo detuvieron, pero después declarararon que "fue un accidente""que discutía con su esposa cuando sacó el cinto y sin querer golpeó a su hijo,"sin causarle un daño grave". Como por acá no es penalizada la violencia verbal, al tipo lo han soltado; muy probablemente, la mujer lo perdonará (ya han sucedido casos similares)Entonces, bajo qué criterio se legisla?; oh, no sé qué sucede en verdad.

Y apenas es lunes.

Saludos cordiales.

Gabriela.

yáñez dijo...

Carol lo tiene más difícil que completar la colección de cromos de la liga comprando sobres todos los días, ¿qué es lo que quiere conseguir, que su marido el polígamo la pase una pensión, que la deje en paz, que la vuelva a embarazar tengan una niña y la humillen como a su madre?. Creo firmemente que debemos respetar su forma de vida, sus creencias, pero el resto de culturas debe saber respetar y adaptarse a la leyes del país donde residen, coño que nos ha costado mucho estar donde estamos, aunque no sea la panecea.

Zorro de Segovia dijo...

la relación de Carol con su marido (salvando el "pequeño" detalle de la poligamia) se daba en los pueblos españoles hace 40 años. Ya sabes, aquello de que si tu marido no te quiere será porque no te esfuerzas demasiado y todo eso. La culpa se lleva dentro, pero si además tus amigos y familiares la hunden más profundamente, jamás saldrá del corazón de la mujer.

Hoy en España es distinto. La mujer tiene voz y la sociedad está cada vez más con las agraviadas. Pero ¿y fuera? Quizá debas pensar, amigo Tigre que al menos Carol vive en España, tiene un abogado y una asistente social, y a malas, puede irse a otra ciudad sin dejar señas. Nadie la va a señalar con el dedo. En su país a lo peor la señalaban con un cuchillo.