Cultivadores

Saludos a la blogosfera!. Ayer leía, mientras me peleaba por dar un paso en la abarrotada feria del Libro, que existe por ahí una leyenda mágica, más allá de todo tiempo y espacio en la que se dice que cada persona, en su existencia, puede tener dos actitudes: Construir o Cultivar. Los constructores pueden demorar años en sus tareas, pero un día, terminan todo aquello que estaban haciendo. Entonces se paran, y quedan limitados por sus propias paredes. La vida, pierde el sentido cuando la construcción acaba. En esta sociedad nuestra donde todo parece tener un precio y un interés la mayoría sería feliz como constructor a pesar de las limitaciones.

Pero existen los que cultivan. Éstos, a veces sufren con las tempestades, las estaciones, las sequías, las inundaciones, las soledades, y raramente descansan. Pero, al contrario que un edificio; un jardín, un huerto o el bosque animado, jamás paran de crecer. Y, al mismo tiempo que exigen la atención de su cuidador, también permiten que, para él, la vida se convierta en una gran aventura. En la eterna aventura de descubrir y paladear los colores de la Naturaleza.

Los cultivadores, los plantadores, se reconocen entre sí, y cuando se encuentran tienden a cuidarse, y se ayudan a crecer, a florecer porque saben que en ellos y en su vocación por plantar está el crecimiento de toda una vida.