Límites

Saludos a la blogosfera!. No se qué hacer. Para conseguir que se haga justicia hay que respetar unas reglas del juego. La legalidad, que se dice. Llevo casi quince años en este camino hacia la justicia y en contadas ocasiones he tenido que bordear ese límite para conseguir alcanzar esa justicia que tanto se predica y a la que es mi obligación llegar. Puedo presumir no obstante de que la verdad ha sido la única que ha conseguido hacerme transgredir la ley para conseguir la justicia. Ahora vuelvo a estar en esa situación.

Toda esta reflexión viene a cuento porque tengo en mis manos la prueba que necesito para demostrar que una mamá vengativa y rencorosa inocula su propio odio, gratuito y mezquino, a sus hijas para que causen todo tipo de perjuicios al padre de las criaturas, provocando con ello un gran mal a sus pequeñas, que se encuentran alienadas por tanto odio, que sus pequeñas cabezas aún no llegan a entender del todo.

Mi problema reside en que esa prueba está conseguida de una manera que bordea esos limites de los que hablaba. De presentarse a juicio se corre el riesgo de que no sea aceptada y provocar a su vez consecuencias penales para el perjudicado, que no es otro que mi cliente, el pobre padre, que vuelve a sufrir el odio feroz de su ex, por boca ahora de sus pequeños títeres.

En fin, mas le valdría rezar menos a la Virgen y a Jesús, confiar menos en que el Espiritu Santo ilumine a los jueces, dejar de buscar la santidad de esa manera y hacer algo de caso a lo que ordena su obra y su santo para el matrimonio y la familia. Menos desear que los malditos vayamos al fuego eterno y mas hacer bien en este mundo…

Si he de arriesgar mi toga negra a cambio de la verdad, creo que lo haré. Espero que salga bien. Como diría Machado, solo se pierde lo que se guarda, sólo se gana lo que se da