Ambientes

Saludos a la blogosfera!. Acabo de concluir una maratoniana mañana de trabajo que ha mezclado dos ambientes completamente distintos en los que moverse y de los que sacar diversas y variadas sensaciones. Empecé la jornada en los servicios sociales. Es un ambiente en el que me muevo como pez en el agua. Corbata desabrochada, camisa remangada, desayuno de café con bofetadas de realidad para mojar... y a buscar soluciones. Aquí esa busqueda se traduce en beneficio para los hijos menores de familias desestructuradas, en tal o cual ayuda o subvención codo a codo con la trabajadora social, en intentar convencer a personas de distintas culturas y tradiciones. Se habla de seres humanos, se habla de sentimientos, se habla de penurias. Se trata de unir todos las manos y los esfuerzos para sacar a toda esta gente adelante.

Cuando concluye esta primera parte de la mañana, toca cambiar de ambiente. Toca acompañar a un Notario a la apertura de una caja fuerte para acabar de dilucidar el contenido de una mas que jugosa herencia. Ahí ya me encuentro como un pulpo en un garaje. Corbatas anudadas hasta arriba, gemelos que salen de la chaqueta de los impolutos trajes, desayuno con diamantes... o como en este caso con monedas de oro y una colección de relojes por la que te pueden montar un museo a tu nombre. Se habla de dinero, se habla de montar subastas internacionales, se habla de especulación y de riqueza. Se trata de alejar las manos no vaya a ser que por codicia se queden también con tu misero reloj.

Como decía aquél, el ambiente en el que se mueve la persona la mayor parte del día determina su carácter. El mío, por fortuna (y claro, por ello sin mucha fortuna) está bien determinado. Ahora debería sacar un rato para comer pero el último ambiente rancio y estirado me ha producido un severo ardor de estomago. Por prescripción facultativa, esperare un poco y me pegaré una buena merienda con colesterol y con Ismael de fondo. Nos lo hemos ganado!