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Saludos a la blogosfera!. Creo que no habrá espera mas descorazonadora que la de la familia de Marta del Castillo. Cuando desparece una joven, la familia no pierde la esperanza de que haya sido una chiquillada y regrese pasados unos días, cuando el espiritu de aventura haya desparecido. Cuando pasan más días, imagino que la esperanza se va tornando desesperación y que la ilusión de encontrarla viva se va oscurenciendo hora a hora y mas cuando los encargados de la búsqueda empiezan a rastrear en busca no de personas vivas, sino de cuerpos...

En su caso concreto ya no hay esperanza alguna. El indeseable que un día se cruzó en el camino de Marta ha confesado que la mató. Que tuvo una discusión con ella y que la agredió con un cenicero provocandole la muerte. Parece ser que ayudado por varias personas la condujo hasta un puente del río Guadalquivir y desde allí quiso deshacerse del cuerpo. Ahora el río se está convirtiendo en su mejor aliado. La poca claridad del agua, las corrientes y la gran profundidad están dificultando las tareas de búsqueda.

Ya no se trata de una búsqueda de esperanza. Ahora es una búsqueda de justicia. En cuanto aparezca el cuerpo de Marta los autores de este crimen pagarán por ello. Lo único que hay que dar gracias es que su asesino es mayor de edad y podrá caerle sin piedad el peso de la Justicia. Que si no... Y sobre todo, espero y deseo que todo se aclare cuanto antes y la pena de esta familia no se convierta nuevamente en un circo mediático que tanto distrae a nuestra putrefacta y aborregada sociedad.