jueves, 2 de julio de 2009

Astillas


Saludos a la blogosfera!. Mi maestro me contaba que hace años la Plaza de Castilla fue denominada por la malicia madrileña como la Plaza de la Astilla. Para los que no lo sepais, se llaman astillas, en lenguaje técnico, a las cantidades de dinero que se entregaban como soborno a los funcionarios para que hicieran o no hicieran, para que tramitaran con agilidad los expedientes o todo lo contrario. Antes de la reforma democrática de las instituciones abundaban en la Administración de Justicia dado que, aunque los jueces estaban obligados a conocer e intervenir personalmente en todos y cada uno de los asuntos que atañían al juzgado de su competencia, materialmente no podían hacerlo y estaban en manos de toda clase de funcionarios subalternos.

Era frecuente que los administrados dejaran una cantidad al funcionario de turno para conseguir cosas tales como tramitación rápida de certificaciones o inscripciones, no digamos una ejecución de sentencia o un desahucio. Ello suponía que, como siempre, hubiera dos tipos de justicia. Una justicia para ricos, en la que a base de astillas conseguían que sus procedimientos se agilizaran o no según sus deseos y otra para pobres, que no tenían medios para astillar nada y estaban condenados a vagar por la administración de Justicia.

Todo eso había pasado a mejor vida. O eso creía yo. Ayer tuve la ocasión de comprobar que la diferencia entre gente que tiene dinero y gente que sólo lo debe siempre seguirá presente cuando hablamos de trámites burocráticos que pueden agilizarse o no a base de astillas. Lo que tengo claro es que el ejercicio ético de mi profesión me impide plegarme a ese tipo de actividades que diferencian al justiciable según su cuenta corriente y hay que defender que se actúe con dureza contra este azote, que se aplique el hacha con vigor y que los árboles podridos sean reducidos a eso… a astillas.

1 comentario:

Abutita dijo...

Dios picapleitos...qué cozash cuentas...Que desastre... Astillas.... uins...

Cuando yo dé mi golpe de estado e imponga mi dictadura eclogista, se acabarán las astillas...Tú serás ministro de algo, vete pensando que te mola.

Un beso y GRACIAS por tu lucha de picapelitos bueno! qué hariamos sin personas como tú :)