martes, 18 de agosto de 2009

La vida que vive


Saludos a la blogosfera!. En estas fechas de descanso he intentado hacer caso a las recomendaciones de mi doctora y no filosofar en demasía... pero tener tiempo libre complica el tratamiento. Leía el otro día acerca de los tipos de tiempo. Existe el tiempo que llaman “lineal”, y consiste en la idea de que todo empieza y todo acaba, es como una línea sin principio ni fin en la que se sitúan todas las cosas que tienen duración. Creo que ahí vivimos cotidianamente los esclavos del reloj y así nuestra vida acaba sometida a un presente continuo, pensando en un futuro cercano... lo que no nos deja disfrutar el momento.

Otro es el tiempo “simultaneo”. Es el que domina la mente por ejemplo de los pueblos africanos de cultura bantú y donde el tiempo lo constituyen los acontecimientos. El día no se divide en horas, sino en momentos marcados principalmente por el sol, la luna, y en su caso en función del cuidado del ganado. El reloj-maquina no existe, ni, por tanto el estrés. Cuando estamos de vacaciones es el tiempo en el que vivimos. Mandan las necesidades del momento y nada más. Se come cuando hay hambre, y no cuando es su hora. Se vive cada momento. Es un vivir muy cercano al ritmo de la naturaleza.

Pero desgraciadamente es una forma de vivir puntualmente. En poco tiempo volveremos a recuperar las dichosas manecillas y a actuar con la vida estructurada. Dejaremos de abrazar a la vida y transitaremos por esa dichosa linea. Como decía el artículo, la vida no funciona así, y por eso parece que andamos todos a contracorriente. La vida se expresa de forma discontinua; no atiende a horarios, no es homogénea, ni equilibrada. La vida, ni corre demasiado ni se entretiene. Es la vida, que VIVE.

2 comentarios:

Isi dijo...

Buenas!
Lo que has escrito me suena a un artículo que me madre me recomendó leer, que había visto en una revista. ¿¿podría Ud. decirme si es así y, de ser, en qué revista??
Es que mi madre olvidó dónde lo vió, y me dejó con la miel en los labios, pues el tema promete.

Gracias.

Yáñez dijo...

“Afortunado es el hombre que tiene tiempo para esperar” (Calderón de la Barca)
Claro Tigre que sin el espacio ni el tiempo no estaríamos ahora (tecnológicamente hablando)comunicándono como lo estamos haciendo.
Besitos desde El País dominical.